Estados Generales y abandonó París, alfombra cocina mientras su hermano el duque de Anjou se encargaba de gestionar los asuntos corrientes. Hubo altercados y Marcel acudió primero al duque de Anjou y luego a propio delfín para que revocasen la ordenanza y volviesen a reunir a los Estados Generales. Prisionero el monarca, los franceses se vieron obligados a ceder y firmar el Tratado de Brétigny (1360), que devolvía a Eduardo III todas sus posesiones originales salvo Normandía.